“Por el puente real nunca han pasado
los bueyes jalando sus carretas,
ni tapándoles los ojos con trapos.
Mi abuelo decía que cuando hicieron el puente
le pusieron cuero de tigre y por eso no pasa
ningún buey enyugado.”
“Doña Yoya” Contreras Corea
Liberiana

 

El Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural ha realizado un importante esfuerzo por recuperar las tradiciones y expresiones orales de distintas comunidades del país. Con ese fin ha utilizado el Certamen de Tradiciones Costarricenses, creado por decreto en julio de 2004. Desde entonces, son seis las ediciones del concurso:

  1. Cuentos, leyendas, anécdotas e historias de vida de la zona de Los Santos. (2004)
  2. Cuentos, leyendas, anécdotas e historias de vida. Cantones de Alvarado y Oreamuno, Cartago. (2005)
  3. Cuentos, leyendas, anécdotas e historias de vida. Cantones de Escazú, Santa Ana y Mora. Provincia de San José. (2006)
  4. Cuentos, leyendas, anécdotas, historias de vida y otros más de los pobladores de Guanacaste. (2007)
  5. Cuentos y leyendas, anécdotas e historias de vida. Provincia de Limón. (2008)
  6. Vivencias liberianas (2014)

El Certamen se ha constituido en una metodología para identificar y reunir testimonios de la cultura tradicional, con el propósito de rescatarlos, preservarlos y difundirlos, entre las personas de las comunidades y aquellas interesadas en la historia local y el patrimonio cultural. Tal y como lo expresó en una oportunidad la especialista en patrimonio cultural inmaterial, María Ismenia Toledo, consultora internacional venezolana, esos certámenes son un registro de expresiones culturales que a su vez se constituyen en una medida de salvaguardia del patrimonio.

El producto más relevante de cada uno de los concursos es una publicación que incluye las obras ganadoras y las menciones honoríficas de los certámenes. El libro Vivencias liberianas es el producto de la edición del año 2014 y fue publicado en el año 2017. Aborda el ámbito del patrimonio cultural inmaterial denominado “tradiciones y expresiones orales”, según la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, ratificada por Costa Rica en el año 2006.

En Vivencias liberianas se instó a los participantes a escribir con el lema “escriba como usted lo cuenta”, a partir de tres categorías temáticas que por vez primera se utilizaron en este tipo de certamen:

  • Gente de mi barrio: relatos sobre las personas y personajes de la comunidad.
  • Por las calles de Liberia: anécdotas sobre espacios, lugares y edificios de la ciudad.
  • Costumbres liberianas: narraciones de las tradiciones culturales de la localidad.

En esa ocasión, la ciudad de Liberia se circunscribió como espacio y se promovió el cuento, la poesía, la novela, la leyenda, los dichos, las tallas, las retahílas y otras tradiciones, como medios de expresión. Fruto de esta recopilación, el libro se divide en tres grandes partes: Gente de mi barrio, que presenta tanto a los “hijos del infortunio”, que recorrían las calles de Liberia en situación de abandono; así como a personajes entrañables como el sabanero y el arriero. Las mujeres y sus oficios tradicionales también son protagonistas de varias historias. Además, se entrevén las historias de los médicos Enrique Baltodano Briceño y Francisco Vargas Vargas, así como de las personas de carne y hueso que habitaban las casas, las cuarterías y los barrios de la ciudad blanca.

Por las calles de Liberia remite a sitios simbólicos de la ciudad que quedaron grabados en la memoria de sus habitantes: el taller de talabartería de don Pichico, el kiosco, la gobernación, el cuartel, la Ermita de Nuestro Señor de la Agonía, los cuatro barrios iniciales del casco urbano, el corredor de la casa de la abuela y otros. Se rememora la costumbre de nombrar las casas de la ciudad de dueños de haciendas igual que estas. El historiador Carlos Meléndez Chaverri decía que “llevaban el nombre de la hacienda como si ésta tuviese su casa de habitación en la ‘ciudad’”. Gracias a la descripción de los diferentes lugares y de los sistemas constructivos, se visibilizan maestros constructores, arquitectos, ingenieros, albañiles y otras personas del ámbito de la construcción.

En Costumbres liberianas aparecen múltiples expresiones de la cultura liberiana: leyendas como La Mona y El Sabanero sin cabeza; las fiestas cívicas, la Pasada del Niño y las corridas de toros. Asimismo, varios textos abordan lo referente al habla liberiana: tallas, retahílas, refranes y dichos. La música, el baile y la cocina liberiana también están presentes en esta parte, así como la sabiduría popular.

Si bien es cierto Vivencias liberianas recupera la voz, la expresión oral, de una extensa comunidad, también revela el patrimonio cultural y natural.  Cada ámbito del patrimonio cultural inmaterial está presente en el texto: las artes del espectáculo; los usos sociales, rituales y actos festivos; los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; y las técnicas artesanales tradicionales. Múltiples referencias llevan al patrimonio construido y también al patrimonio natural. Por esa razón, el texto es un registro del patrimonio desde la tradición oral.

Este tipo de certámenes y sus respectivos productos, se constituyen en una herramienta para el científico social, ya que acerca a la comunidad y a sus diferentes procesos de manera microscópica. En Vivencias liberianas es posible vislumbrar, en una manifestación como las fiestas de Liberia, el trasfondo económico y el social de la festividad.

En los relatos donde los ríos son personajes, se pueden distinguir, junto con el solaz de la juventud, una historia ambiental (historia de la vida en y del río), una historia económica (historia del agua como recurso y el acceso a su consumo) y una historia política (el río como límite y como comunicador), con lo que los procesos de la historia liberiana se manifiestan desde múltiples perspectivas.

Este libro rescata el conocimiento popular más profundo y tradicional, por lo que permite realizar una puesta en valor de los saberes populares, situándolos en el lugar de privilegio que siempre han tenido, a la par del conocimiento académico. La imagen es parte fundamental de la obra. El libro está ilustrado con fotografías aportadas por los autores de los textos, fotografías del Centro de Patrimonio Cultural y por una colección de ilustraciones del artista Jorge Chizo Sáenz Lobo, herediano de nacimiento y liberiano de corazón.

Esta obra se construyó en interacción con las comunidades, con la colaboración de la sociedad civil tanto como de diversas instituciones y esperamos que se constituya en un referente importante para diferentes disciplinas interesadas en el rescate, el análisis y la interpretación de la cultura popular y regional costarricense.